I. Cronología de una ofensiva arancelaria
Desde abril de 2025, la administración del presidente Donald J. Trump activó una nueva etapa de política comercial con carácter proteccionista. A través de la Orden Ejecutiva 14257 del 2 de abril, se declaró una emergencia nacional ante los persistentes déficits comerciales de bienes que, según Washington, afectan la seguridad económica de EE. UU. y tienen origen “total o sustancialmente” fuera del país. La respuesta fue la imposición de aranceles ad valorem a más de 180 países, con tasas mínimas del 10% y máximas de hasta el 55%, según el caso.
Esa orden incluyó una cláusula de revisión bilateral. Como resultado, se abrió una ventana de negociación de 90 días, que culminaba el 1 de agosto de 2025. Durante ese periodo, EE. UU. ofreció aplazamientos condicionales para que sus socios comerciales accedieran a renegociar sus condiciones de acceso.
Hoy (31 de julio de 2025), desde la Casa Blanca, el presidente Donald J. Trump estampó su firma sobre una Orden Ejecutiva que modifica —otra vez— la estructura arancelaria de Estados Unidos, intensificando lo que ya no puede entenderse como una simple política comercial, sino como la construcción deliberada de una doctrina de confrontación económica global.
La orden marca un giro táctico: sustituye la anterior Orden Ejecutiva 14257, emitida el 2 de abril, y vuelve a fragmentar el panorama arancelario en función de alineamientos políticos, compromisos estratégicos y la capacidad de negociación bilateral. Esta nueva disposición no es un acto técnico. Es una declaración de intenciones. Y en su núcleo, arde el fuego de un nuevo mercantilismo geopolítico. Estamos viviendo un enfrentamiento de geoestrategia comercial de dimensiones épicas.
En esta arquitectura recíproca de poder, Costa Rica aparece listada junto a otras 69 economías que enfrentan ahora un arancel que oscila entre un 10% y un 41% como tasa más elevada. Para el caso concreto de Costa Rica, la nueva tarifa ad valorem será del 15% para todas las mercancías exportadas, con origen costarricense, 5% por encima del 10% previamente concedido bajo régimen provisional. No es un castigo, pero tampoco es un premio. Se debe de entender y tomar como ESTRATEGIA DE PRESIÓN. Un movimiento que busca forzar el cierre inmediato de acuerdos bilaterales con Estados Unidos, bajo la amenaza velada de un encarecimiento estructural de las exportaciones.
II. Acuerdos firmados: señales mixtas del nuevo mapa comercial
Pese a la promesa inicial de lograr “90 acuerdos en 90 días”, Estados Unidos ha cerrado hasta ahora muy pocos acuerdos bilaterales, entre ellos:
- Reino Unido (8 de mayo): aranceles reducidos del 25% al 10% en autos británicos (hasta 100.000 unidades), eliminación de aranceles al acero y aluminio, y apertura recíproca de mercados agrícolas.
- China (26 de junio): pese a aranceles del 55% en ciertos rubros, se eliminan medidas de represalia, se flexibiliza el acceso al mercado estadounidense y se permite la exportación de tierras raras chinas.
- Vietnam (2 de julio): se fijó un arancel del 20%, con posibilidad de llegar al 40% para productos sospechosos de proceder de China.
- Japón (julio): arancel del 15% sobre todas las exportaciones a EE. UU. a cambio de inversiones por USD 550.000 millones y compra obligatoria de 770.000 toneladas de arroz estadounidense.
- Filipinas (22 de julio): se impone un arancel del 19%, a cambio de arancel cero para productos estadounidenses.
- Indonesia (22 de julio): mismo esquema que Filipinas, con compromisos de compra de aeronaves y productos energéticos.
- Unión Europea (28 de julio): reducción al 15% del arancel sobre las exportaciones europeas, con posibilidades de continuar negociando tratos específicos para mercancías sensibles de ambas partes y compromisos de inversión y compra.
Estos acuerdos demuestran la diversidad de condiciones ofrecidas, lo que augura escenarios flexibles y negociables para países aún en proceso de alcanzar un pacto.
Las cifras hablan. La nueva política comercial de EE. UU. ya no se rige por la OMC ni por tratados multilaterales, sino por relaciones bilaterales marcadas por la urgencia, el poder y la geoestrategia. Cada vez se hace más patente el surgimiento de un Regionalismo Cerrado en una época de fragmentación y reacomodo.
III. Costa Rica: presión, oportunidad y negociación activa. Entre la espada del 15% y la pluma de un acuerdo pendiente
Costa Rica se encuentra actualmente en la lista corta de países que aún negocian su estatus comercial con EE. UU., donde el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), ha sostenido por lo menos tres rondas bilaterales, y se espera que el proceso se acelere en los próximos días.
La nueva tasa del 15% se aplicará de forma transitoria hasta que se formalice un acuerdo. La orden ejecutiva es clara en su clausula (b): si se firma un tratado antes la entrada en vigor de la nueva medida (7 de agosto) o después de esa fecha, el arancel podrá ajustarse o incluso eliminarse, dependiendo del paquete negociado.
Además, siguen vigentes las exclusiones arancelarias previas, lo cual es clave para Costa Rica. Entre los productos excluidos destacan:
- Autopartes
- Productos farmacéuticos
- Semiconductores
- Ciertos productos de madera y cobre
IV. Escenarios posibles para Costa Rica
La nueva embestida comercial por parte del gobierno de Donald Trump evidencia el uso flagrante de la política del "palo y la zanahoria" reconvertida en aritmética aduanera. En este juego, Costa Rica tiene siete días —hasta el 7 de agosto— para evitar que esta tarifa transitoria se convierta en una jaula fiscal. De lo contrario, el exportador costarricense deberá enfrentar la tarifa del 15% hasta el momento que se cierre con éxito las negociaciones comerciales entre ambos países.
- Escenario óptimo: se logra un acuerdo antes del 7 de agosto. Se restituye el 10% para la mayoría de los productos y se negocian exclusiones específicas.
- Escenario favorable: Costa Rica logra cerrar un acuerdo en agosto, que contempla arancel 0% para sectores sensibles, 10% para bienes intermedios y un 15% máximo para productos de menor peso exportador. Se preservan beneficios similares a los obtenidos en el CAFTA.
- Escenario táctico: Se posterga el acuerdo, pero con avances sustantivos que permiten suspender la aplicación del 15% en productos clave. Se vuelve al arancel de 10% y sólo los bienes más sensibles para Estados Unidos (lista corta) quedan con un 15%.
- Escenario neutral: No se cierra un acuerdo en agosto, pero continúan las negociaciones. El 15% se aplica de forma temporal, afectando exportaciones mientras no se ajusta el régimen. Se espera cierre de negociación en menos de dos meses (tiempo prudencial para evitar un impacto en la economía país y la competitividad empresarial).
- Escenario adverso: Las negociaciones se estancan o se subordinan a condiciones difíciles. El 15% se consolida como tasa permanente, restando competitividad a los productos costarricenses frente a otros países ya beneficiados.
En todos los escenarios, la estrategia no puede limitarse a la defensa. Costa Rica debe convertir esta presión en oportunidad: ampliar su base de productos exportables, modernizar su estructura aduanera y diversificar destinos fuera del eje EE. UU. La clave estratégica a mediano plazo debe ser: DIVERSIFICACIÓN-DESCONCENTRACIÓN.
Epílogo: la diplomacia del acero arancelario
Lo que hoy se discute en el lenguaje de porcentajes, en realidad pertenece al lenguaje del poder. El arancel ya no es una simple tasa impositiva: es un mensaje, una frontera, una herramienta de reordenamiento del mundo.
Estados Unidos no solo busca reducir su déficit comercial. Quiere redibujar el mapa del comercio internacional con la lógica del “aliado estratégico o rival sistémico”. Y cada país deberá ubicarse —con claridad y decisión— en uno de esos extremos.
Para Costa Rica, la historia aún se está escribiendo. Y en estos días críticos, la pluma está en manos de quienes negocian, pero con la urgencia de quien sabe que cada punto porcentual es una línea más en el futuro del país y la maratón por la competitividad estratégica del presente.

Andrei Calderón Enríquez
Presidente y socio fundador de Stratega. Especialista en comercio internacional, acceso a mercados, geoestrategia comercial y geopolítica. Asesor, consultor y desarrollador de proyectos.
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